Los cambios del ambiente físico-químico producto de la mala actividad humana, como el cambio de componentes por vertido de basura, compactación por tránsito vehicular y aumento de la erosión por deforestación, afectan directamente el hábitat de los distintos organismos del suelo.
Como todo ecosistema, el suelo, tiene un componente vivo (comunidad de seres vivos) de mayor importancia y otro no vivo (biotopo), pero que se considera modelado por el primero. Dentro del componente vivo, puede mencionarse las hierbas, las raíces y algunas algas (productores) herbívoros, detritívoros, insectos, ácaros y lombrices (consumidores) y hongos y bacterias (descomponedores); mientras que en el componente no vivo puede encontrarse las partículas sólidas minerales (arena, limos y arcillas), el agua y sales minerales disueltas en ella, el aire, el humus o materia orgánica y los componentes inmateriales como la temperatura, la luz, y la humedad.